Los personajes

La Anunciación en el arte occidental
Por Leontina Alonso Iglesias


LOS PERSONAJES

En el texto del evangelio de San Lucas sólo protagonizan el momento de la Anunciación el ángel Gabriel y la joven María. No obstante, también se menciona al Altísimo y al Espíritu Santo que, de este modo, están presentes y van a posibilitar el milagro de la inmaculada concepción. En líneas generales los protagonistas de las diferentes representaciones de este hecho se limitan, desde las primeras manifestaciones del siglo IV en las catacumbas de Priscila, Domitila y de San Pedro y San Marcelino en Roma, al arcángel Gabriel como un joven que aparece delante de la Virgen. No obstante, en algunos casos aparecen otros personajes como sucede en el mosaico de Santa María la Mayor de Roma en el que encontramos ángeles alados y con nimbo en torno a la figura de la Virgen representada como emperatriz.

A partir del siglo XIII se generaliza la presencia del Espíritu Santo en forma de paloma, lo que confiere a la escena un carácter sobrenatural.

Después del Concilio de Trento se añade una comitiva ó escolta de ángeles que acompaña al arcángel mensajero. Plásticamente la representación de los personajes plantea problemas complejos desde el punto de vista espacial, dinámico y psicológico ya que los personajes pertenecen a mundos diferentes (celestial el ángel y humano la Virgen).

Además ambos protagonistas difieren en cuanto a su papel, ya que el ángel es activo, emisor de un mensaje, mientras que la Virgen es pasiva, receptora de dicho mensaje con una débil vacilación. De ello resulta una clara disimetría: el ángel con sus grandes y desplegadas alas exige más espacio, mientras la Virgen se sitúa en un rincón del marco. Por ello, el espacio se fracciona en dos partes desiguales, combina generalmente exterior e interior e incluso la disimetría se mantiene cuando el espacio es sólo interior.

No obstante el papel del ángel evoluciona desde una clara superioridad propia de un embajador celestial a postrarse arrodillado ante la madre de su Señor.

Por otro lado la inclusión del Espíritu Santo con su papel activo, emana directamente de Dios Padre, reduce el protagonismo del ángel y convierte a la Virgen en el centro de la escena, como punto convergente de los rayos en los que desciende Dios Hijo y del mensaje del ángel.